jueves, 30 de junio de 2011

El tambor



Se encontró con un joven y le dijo:

- Tengo un tambor tan enorme que su sonido se puede escuchar a más de mil kilómetros.

El estudiante repuso sonriente:

- Pues, amigo, yo tengo una vaca de tamaño tan descomunal que cuando anda y apoya las patas delanteras, luego tarda todo un día en apoyar las patas traseras.

El hombre protestó:

- ¡No puede haber vacas tan grandes!

Y el estudiante dijo:

- ¿Ah no?

- Entonces, dime, ¿de dónde crees que sacan la piel para hacer tu tambor?


La vanidad lleva en sí misma a menudo su propio castigo
Ramiro Calle

miércoles, 29 de junio de 2011

Conocerse a uno mismo



Un niño de la India fue enviado a estudiar a un colegio de otro país.
Pasaron algunas semanas, y un día el jovencito se enteró de que en el colegio había otro niño indio y se sintió feliz. Indagó sobre ese niño y supo que el niño era del mismo pueblo que él y experimentó un gran contento.
Más adelante le llegaron noticias de que el niño tenía su misma edad y tuvo una enorme satisfacción. Pasaron unas semanas más y comprobó finalmente que el niño era como él y tenía su mismo nombre.
Entonces, a decir verdad, su felicidad fue inconmensurable.
Maestro: no hay mayor gozo en este mundo que el de conocerse a uno mismo.
Fuente: 101 cuentos clásicos de la India de Ramiro A. Calle

martes, 28 de junio de 2011

El amor es ciego



Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:
- ¿Jugamos al escondite?
La Intriga se levantó con los ojos fruncidos, y la Curiosidad sin poder contenerse preguntó:
- ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?
Es un juego – explicó la Locura – en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.
El Entusiasmo se halló secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso la Apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participarl La Verdad prefirió no esconderse; ¿para qué? Si al final siempre le hallaban. La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y La Cobardía prefirió no arriesgarse.
- Uno, dos, tres…. comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra de el Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad, casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿qué si un lago cirstalino? ¡ Es ideal para la Belleza!; ¿Qué si la rendija de un árbol? ¿Perfecto para la Timidez; ¿qué si el vuelo de una mariposa? ¡ Lo mejor para la Voluptuosidad!; ¿qué si una ráfaga de viento? ¡ Magnífico para la Libertad! Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoismo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo… eso sí, sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris); y La Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes, el Olvido …¡se me olvidó donde se escondió!… pero no es lo importante.
Cuando la Locura contaba 999999, el Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
- ¡Un millón! – contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la Envidia, y claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al algo descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse.
Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco iris… (¡Mentira, ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.
Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas… Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al Amor y la Locura no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra,
El amor es ciego
 y la locura siempre, siempre 
le acompaña.

lunes, 27 de junio de 2011

¿Hay vida después de la muerte?




Todas las preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban referidas a la vida más allá de la muerte. El Maestro se limitaba a sonreír sin dar una sola respuesta.
Cuando, más tarde. Los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo, él replico:
- ¿no habéis observado que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente?
- Pero ¿hay vida después de la muerte o no la hay?, insistió un discípulo.
- ¿Hay vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión! – replico enigmáticamente el Maestro.


domingo, 26 de junio de 2011

Ata tu camello



Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y dijo:
- Tengo tan gran confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera.
- Estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman.
- ¡Pues sal fuera y ata tu camello estúpido! – le dijo el maestro.
- Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo.

Anthony de Mello
"¿Quién puede hacer que amanezca?

sábado, 25 de junio de 2011

Johneyed y el Barbero




Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a un hombre rico. Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue dar además a Joneyed una limosna.
Joneyed quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que pudiera recoger aquel día.
Sucedió que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro. Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.
Pero el barbero le gritó:
- ¿Qué clase de santo eres?

- ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?
Maestro:
a unos les cuesta saber dar 
y a otros les cuesta saber recibir … 
¿cuándo fue la última vez 
que te permitiste recibir?

viernes, 24 de junio de 2011

Verdadera riqueza



Un hombre muy rico le pidió a Sengai que le escribiese algo para la continuidad de la prosperidad de su familia, de manera que ésta pudiese mantener su fortuna de generación en generación.

Sengai tomó una larga hoja de papel de arroz y escribió: "El padre muere, el hijo muere, el nieto muere".

El hombre rico se indignó y ofendió: "¡Yo le pedí que escribiese algo para la felicidad de mi familia! ¿Por qué realizó una broma de este tipo?".

Sengai explicó tranquilamente: "No pretendí hacer bromas. Sí antes de su muerte su hijo muriera, esto lo heriría inmensamente. Sí su nieto se fuera antes que su hijo, tanto usted como él estarían destruidos. Pero si su familia, de generación en generación, muere en el orden que le describí, ése sería el curso más natural de la vida. Yo llamo a eso verdadera riqueza".

jueves, 23 de junio de 2011

Ni más, ni menos




Existía un hombre muy rico que a pesar de tener mucho dinero tenía una naturaleza mezquina. No soportaba el hecho de gastar ni siquiera un centavo de su dinero.

Un hermoso día, el Maestro Ch`an (Zen) Mo (silencioso) Hsin (divino) fue a visitarlo.

-El monje dijo: “Suponga que mi puño estuviera cerrado así para siempre, desde el nacimiento hasta la muerte, sin cambio; ¿cómo llamaría a esto?...”

-“Una anormalidad (deformación).”

-“Suponga que esta mano estuviera abierta así para siempre, desde el nacimiento hasta la muerte, sin cambio; ¿cómo llamaría a esto?...”

-“Eso también sería una anormalidad.”

-“Sólo es preciso que usted comprenda lo que acabamos de conversar, para que se convierta en una persona rica y feliz. 


miércoles, 22 de junio de 2011

El ciego y la lámpara



Cuando un ciego se despedía de su amigo, éste le dio una lámpara.
“Yo no preciso de la lámpara, pues para mí, claridad u oscuridad no tienen diferencia” -dijo el ciego.
“Conozco al respecto, pero si no la lleva, tal vez otras personas tropiecen con usted” -dijo su amigo.
-"Está bien"
Luego de caminar en la oscuridad tropezó con otra persona....
-“¡Huy!”-dijo el ciego.
-“¡Hay!” -dijo la persona chocada por el ciego en la oscuridad.
-“¿Usted no vio esta lámpara?” -dijo enojado el ciego.
-“¡Amigo! Su lámpara estaba apagada”

Una persona que va detrás de las ideas de los otros sin objetarlas, y que hasta quiere pasar estas ideas a otras personas, aún estando errada, acaba comportándose como el ciego que no consigue percibir que la luz se apagó.

martes, 21 de junio de 2011

La práctica hace a la perfercción





Un cantante de baladas dramáticas estudiaba con un estricto maestro que insistía en que ensayara día tras día, mes tras mes el mismo pasaje de la misma canción, sin permitírsele ir más adelante. Finalmente, lleno de frustración y desesperanza, el joven huyó para buscar otra profesión. 

Una noche, en una taberna, se encontró con un concurso de recitación. Sin nada que perder, entró a la competición y, por supuesto, cantó ese pasaje que conocía tan bien. 

Cuando terminó, el organizador del concurso elogió su actuación. A pesar de  las objeciones del avergonzado estudiante, el organizador se negó a creer que lo que acababa de oír era la actuación de un principiante. 

"Dime", dijo el organizador, "¿quién es tu instructor? Debe ser un gran maestro". 

El estudiante se hizo conocido más tarde como el gran intérprete Koshiji.

lunes, 20 de junio de 2011

Paraíso







Dos personas están perdidas en el desierto. Están muriendo de hambre y sed. Finalmente, llegan a una alta pared. Pueden oír del otro lado el sonido del agua y de los pájaros cantando. Más allá pueden ver las ramas de un suntuoso árbol que se extiende por sobre el muro. Su fruto parece delicioso.

Uno de ellos se las arregla para escalar el muro y desaparece del otro lado. 

El otro, en cambio, regresa al desierto a ayudar a otros viajeros perdidos a encontrar el camino al oasis.


domingo, 19 de junio de 2011

Aún vivo



El Emperador le preguntó al maestro Gudo,"¿Qué le sucede a un hombre iluminado luego de la muerte?"

"¿Cómo he de saberlo?" respondió Gudo.

"Porque eres un maestro", respondió el Emperador.

"Sí señor", dijo Gudo, "pero no uno muerto."

sábado, 18 de junio de 2011

La naturaleza de las cosas




Dos mojes estaban lavando sus tazones en el río cuando vieron a un escorpión que se ahogaba. Un monje lo sacó inmediatamente y lo puso sobre la orilla. Durante el proceso fue picado. 



Volvió a lavar su tazón y el escorpión volvió a caer. El monje salvó al escorpión y fue picado nuevamente. El otro monje le preguntó, "Amigo, ¿Por qué continúas salvando al escorpión cuando sabes que su naturaleza es picar?"

"Porque", respondió el monje, "salvarlo es mi naturaleza."




viernes, 17 de junio de 2011

Mente en movimiento






Dos hombres estaban argumentando sobre una bandera flameando en el viento. 



"Es el viento lo que realmente se mueve", afirmó el primero. 


"No, es la bandera lo que se mueve", aseguró el segundo. 


Un maestro Zen, que caminaba por allí, escuchó el debate y los interrumpió. 


"Ni la bandera ni el viento se mueven", dijo, "es la MENTE que se mueve".



jueves, 16 de junio de 2011

La luna no se puede robar





Un Maestro Zen vivía la forma más simple de vida en un pequeña cabaña al pie de una montaña. 

Una noche, mientras estaba fuera, un ladrón entró a hurtadillas a la cabaña sólo para encontrar que no había nada para robar. 

El Maestro Zen volvió y lo encontró. "Has hecho un largo  camino para visitarme", le dijo al extraño, "y no deberías regresar con las manos vacías. Por favor, toma mis ropas de regalo." 

El ladrón estaba asombrado, pero tomó las ropas y escapó. El Maestro se sentó desnudo, observando la luna. "Pobre hombre", murmuró. "Hubiera querido darle esta hermosa luna."



miércoles, 15 de junio de 2011

Egoísmo




El Primer Ministro de la Dinastía Tang fue un héroe nacional por su éxito como estadista y como líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y salud, se consideraba un humilde y devoto Budista. 

A veces visitaba a su maestro Zen favorito para estudiar con él, y parecía que se llevaban bien. El hecho de ser primer ministro parecía no afectar su relación, que parecía ser la de un venerado profesor y un respetuoso alumno. 

Un día, durante su visita usual, el Primer  Ministro le preguntó al maestro, "¿Su Reverencia, qué es el egoísmo de acuerdo al Budismo?" La cara del maestro se volvió roja, y con una voz condescendiente e insultante, le respondió: 

"¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?" 

Esta respuesta inesperada impactó tanto al Primer Ministro que se quedó callado y furioso. 

El maestro Zen sonrió y dijo: "ESTO, Su Excelencia, es egoísmo".


martes, 14 de junio de 2011

Destino




Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Luego de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo, "Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Si es cruz, perderemos. El destino se revelará".

Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Después de la batalla, un teniente le dijo el general, "Nadie puede cambiar el destino".

"Es verdad", contestó el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tenía cara en ambos lados.

lunes, 13 de junio de 2011

Concentración




Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso 
campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como 
arquero. El joven demostró una notable técnica cuando le dió al ojo 
de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con 
el segundo tiro. 

"Ahí está", le dijo al viejo, "¡a ver si puedes
igualar eso!". 

Inmutable, el maestro no desenfundo su arco, pero 
invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. 

Curioso 
sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto
de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por 
un frágil y tembloroso tronco. 

Parado con calma en el medio del 
inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco 
un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y 
directo. 

"Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba graciosamente 
en tierra firme. Contemplando con terror el abismo aparentemente sin 
fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer 
el tiro. 

"Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero 
tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro".


domingo, 12 de junio de 2011

El perro de Mac Gyver

Hay cosas que hacen pensar y reflexionar uno. Te dejo este vídeo y tan sólo una pregunta: ¿Cómo actúas tu ante las dificultades?



sábado, 11 de junio de 2011

El pastor negligente









Era un pastor. De repente contó sus ovejas y se dio cuenta, alarmado, de que faltaba una de ellas. Angustiado, comenzó la búsqueda durante todo el día, hasta que sobrevino la noche, pero no pudo encontrarla. Entonces pasó por allí otro pastor y le dijo:

-Oye, ¿cómo es que llevas una oveja sobre los hombros?

Como ese pastor negligente se comporta con frecuencia el ser humano común. Porque no ha aprendido a discernir, porque no distingue entre lo real y lo ilusorio, entre el Yo y el no-yo, busca.

Pero su búsqueda es insatisfactoria, porque no busca lo que debe ni dónde debe buscar.


viernes, 10 de junio de 2011

Una insensata búsqueda



Una mujer estaba buscando algo en el suelo junto a un farol. Pasó por allí un hombre y se paró, curioso, a observar a la mujer, que afanosamente buscaba y buscaba. Intrigado, después de un rato, el hombre preguntó:

- Buena mujer, perdona que me inmiscuya en tus asuntos, pero ¿podrías decirme qué buscas?

Y la mujer repuso:

- Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz he venido a buscarla junto a este farol.

Como esa mujer proceden muchos seres humanos. 



En lugar de buscar dentro de ellos mismos 
(donde mora el más verdadero gurú, 
el paraíso interno, la respuesta), 
buscan fuera de ellos 
lo que jamás podrán hallar fuera.


jueves, 9 de junio de 2011

El médico ignorante



Los demás médicos habían asegurado que, aunque no estaba en peligro, su mal sería de larga duración; únicamente el médico ignorante le dijo que tomara todas sus disposiciones porque no pasaría del día siguiente.
Al cabo de algún tiempo, el enfermo se levantó y salió, pálido y caminando con dificultad. Nuestro médico le encontró y le dijo:
- ¿Cómo están, amigo, los habitantes del infierno?

- Tranquilos – contestó -, porque han bebido el agua del Lecteo.

- Pero últimamente Hades y la Muerte proferían terribles amenazas contra los médicos porque no dejan morir a los enfermos, y a todos los apuntaban en su libro. Iban a apuntarte a ti también, pero yo me arrojé a sus pies jurándoles que no eras un verdadero médico y diciendo que te habían acusado sin motivo.



Ten cuidado 

con los que pretenden arreglar tus problemas 

sin tener preparación para ello.


miércoles, 8 de junio de 2011

El pasado, en el sitio justo





Bill Clinton telefoneó a Nelson Mandela dos horas después de que saliera de la prisión, tras muchos años encarcelado por difundir los derechos humanos, y le preguntó cómo pudo perdonarles con esa facilidad. Mandela respondió que si les odiara, seguirían controlándole. Si no perdonamos, nos mantenemos atados a las personas que nos han ofendido. Perdemos libertad, lo cual bloquea nuestra creatividad y alimenta nuestra frustración. Esto nos provoca violencia. Hay mucha rabia y violencia en el mundo, y esta energía nos destruye. Desde la rabia no crearemos un mundo mejor.Al preguntarle a Ela Gandhi qué había aprendido de su padre, dijo, entre muchas otras cosas: "Si quieres vencer a tu enemigo, ámalo". En ese amor hay compasión. En la compasión hay perdón. No guarda rencor. Acepta y se mantiene abierto. Ha puesto el contador a cero, ha soltado prejuicios, imágenes del pasado y sentimientos de culpa.

martes, 7 de junio de 2011

Estar presente.



Un día fue a visitar a su maestro Nan-in. Era un día lluvioso, de modo que Tenno llevaba zapatos de madera y portaba un paraguas.
Cuando Tenno llegó, Nan-in le dijo:
- has dejado tus zapatos y tu paraguas en la entrada, ¿no es así?
- ¿puedes decirme si has colocado el paraguas a la derecha o a la izquierda de los zapatos?

Tenno no supo responder y quedó confuso. Se dio cuenta entonces de que no había sido capaz de practicar la conciencia constante. De modo que se hizo alumno de Nan-in y estudió otros diez años hasta obtener la conciencia constante.
Maestro: el maestro sabe mantener constantemente la conciencia y siempre está presente.

lunes, 6 de junio de 2011

El libro de los abrazos






Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.


A la vuelta dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.


-El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.


Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.


No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes, fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

domingo, 5 de junio de 2011

Un ermitaño en la corte




En la corte real tuvo lugar un fastuoso banquete. Todo se había dispuesto de tal manera que cada persona se sentaba a la mesa de acuerdo con su rango. Todavía no habia llegado el monarca al banquete, cuando apareció un ermitaño muy pobremente vestido y al que todos tomaron por un pordiosero. 

Sin vacilar un instante, el ermitaño se sentó en el lugar de mayor importancia. Este insolito comportamiento indigno al primer ministro, quien, ásperamente le pregunto: 

-¿Acaso eres un visir? 

-Mi rango es superior al de visir- repuso el ermitaño. 

-¿Acaso eres un primer ministro?- 

-Mi rango es superior al de primer ministro. 

Enfurecido, el primer ministro inquirió: 

-¿Acaso eres el mismo rey? 

-Mi rango es superior al del rey. 

-¿Acaso eres Dios?- pregunto mordazmente el primer ministro. 

-Mi rango es superior al de Dios. 

Fuera de si, el primer ministro vocifero: 

¡Nada es superior a Dios¡ 

Y el ermitaño dijo con mucha calma. 

Ahora sabes mi identidad. Esa nada soy yo.